Arranco este blog con una ilusión tremenda.
Por haber descubierto un nuevo país.
Una nueva cultura.
Una nueva forma de entender los negocios.
Y, sobre todo, nuevas leyes y aspectos fiscales que te abren la mente.
Soy Felipe Herrera, abogado y empresario. La aventura de Lombok comenzó hace unos 18 meses, cuando un fondo de inversión me contrató para valorar oportunidades en Indonesia, concretamente en Bali, zona Uluwatu. Pasé meses estudiando normativa indonesia y otros aspectos legales clave, con la idea de adquirir suelo allí para diversificar su cartera.
Pero nos encontramos con un problema: el precio del metro cuadrado se había disparado. Y en ese momento, apareció un destino a menos de una hora de vuelo de Bali, con un valor de suelo muchísimo más bajo: la isla de Lombok. Nos pusimos a analizar con lupa y vimos que no era ninguna locura hablar de más de un 30% de rentabilidad anual.
Por diferentes motivos, sobre todo económicos, dejé mi relación con ese fondo. Pero ya había adquirido un conocimiento profundo de Indonesia y de Lombok
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Como persona de fe, no creo en las casualidades. Caminando un día por mi barrio en Palma de Mallorca, me encontré con un amigo de toda la vida, Raúl. Mientras paseaba a mi perrita Molli, nos pusimos a fantasear sobre hacer un desarrollo inmobiliario en Asia, con capital propio y de forma personal. Lo que no sabía es que aquella charla inocente se haría realidad meses después.
Raúl, que acababa de volver de una aventura por Asia, entendía perfectamente lo que yo tenía en la cabeza. Con el tiempo, Raúl pasó de amigo a cliente (por cierto, os recomiendo sus servicios como consultor de cripto), y pudimos vernos en persona en Uluwatu, Bali. Allí, sobre el terreno, viví una de las experiencias más bonitas de mi vida. Y fue allí donde empecé a ver de verdad el potencial que había en Indonesia.
Durante ese viaje conocí Lombok. A la vuelta a España, lo veía clarísimo: había que invertir allí.
A finales de 2024, en diciembre, aproveché para reunirme de nuevo con Raúl en Palma. En esa reunión se sumó un buen amigo y empresario, Miguel Ángel. Y en ese café, decidimos que íbamos a iniciar un proyecto inmobiliario en Lombok, los tres juntos.
Tres jóvenes empresarios, con capital propio, con negocios que funcionan y, sobre todo, con la libertad de poder hacerlo sin miedo al dinero. Así empezó esta historia.
Ese café fue el inicio de lo que hoy es Azura Lombok Properties, aunque entonces ni siquiera sabíamos que ese sería su nombre.
Aquí arranca este blog, para contarte todo desde dentro: los avances del proyecto, las dificultades, la realidad de invertir en Indonesia, y cómo es vivir esta aventura desde la fe, el trabajo y la ilusión de construir algo grande.
Bienvenido a bordo.